Una de las escasas mujeres que pudieron dedicarse a la pintura en la Edad Moderna y a la que recientemente El Prado dedicó una exposición, Clara Peeters. Cultivó el género del bodegón y su obra creó escuela. Durante muchos años fue la única firma femenina en la pinacoteca madrileña y sin embargo, desconocida para la mayoría hasta hace poco. Por cierto, también la primera mujer a la que El Prado dedica una exposición.
Obviando los comentarios habituales y sin apenas datos biográficos que retraten su lucha personal para desarrollar su actividad en el contexto del siglo XVII, quiero destacar un recurso que empleó en muchas de sus obras, su autorretrato reflejado en las superficies brillantes de algunos elementos de la pintura.
Tengo dudas, ¿por qué se pinta? ¿ego?, en este caso sería una imagen más evidente. ¿Lo hace así por discreción, por mantenerse en un segundo plano consecuente con el papel que le corresponde?
Sea como sea, me parece una buena elección para un 8 de Marzo. Reflejos de mujeres que no se autorretratan, muchas, la mayoría, porque no pintan nada y las que lo hacen porque creen equivocadamente que no es necesario reivindicarse.