De lirios azules (más bien moraos)

Nombre científico: iris germánica

Nombre común o vulgar: lirio azul, lirio cárdeno, lirio común, lirio morado, lirio Pascual
- Es frecuente que la raíz de los lirios se usara antiguamente para fabricar filtros de amor o incluso para ahuyentar los malos espíritus
- Tiene la cualidad de perfumar y mantener los olores de las demás plantas con las que se mezcla
- El jugo de su raíz puede ser usado como purgante
Luz: desde pleno sol a semisombra
Suelos: ligeramente pobres o moderadamente ricos, no está presente en suelos muy fertilizados

martes, 2 de mayo de 2017

Mi amiga Lidia



Hoy sería su cumpleaños, no sé cuántos, pocos para no celebrarlos. La recuerdo con cariño y casi siempre con una sonrisa pero quería hacerlo públicamente. 
Era la adulta y sensata que mejor se reía con las que todavía no lo éramos y la responsabilidad no mermaba su capacidad de ser feliz y de traslucir una ingenuidad que la rejuvenecía. Tiempos felices, lejanos e inolvidables. ¡Cuántas cosas que contarle!
Este cuadro del ruso Andrey Remnev (1962- ) titulado "The unplaiting of the hair" y pintado en 1997, le gustaría. 
El artista realiza obras con clara inspiración en la iconografía rusa y la técnica habitual de los iconos bizantinos y góticos, temple con huevo y pigmentos naturales obteniendo imágenes muy coloristas.
Yo creo que su obra es un compendio de historia del arte porque veo en ella desde Fra Angélico a Chirico pasando por Gauguin, Magritte, Monet, Paul Klee, el muralismo mexicano e incluso las decoraciones de la cerámica griega. ¿Original? ¿Innovador? Probablemente no.
Acabo de leer un relato de Cristina Fdz. Cubas titulado "Interno con figura" (del muy recomendable libro "La habitación de Nona") y en él nos cuenta cómo la realidad de una imagen está en la interpretación de quien la mira y en esta imagen quiero vernos juntas. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Reflejos de mujeres

Una de las escasas mujeres que pudieron dedicarse a la pintura en la Edad Moderna y a la que recientemente El Prado dedicó una exposición, Clara Peeters. Cultivó el género del bodegón y su obra creó escuela. Durante muchos años fue la única firma femenina en la pinacoteca madrileña y sin embargo, desconocida para la mayoría hasta hace poco. Por cierto, también la primera mujer a la que El Prado dedica una exposición.
Obviando los comentarios habituales y sin apenas datos biográficos que retraten su lucha personal para desarrollar su actividad en el contexto del siglo XVII, quiero destacar un recurso que empleó en muchas de sus obras, su autorretrato reflejado en las superficies brillantes de algunos elementos de la pintura.
Tengo dudas, ¿por qué se pinta? ¿ego?, en este caso sería una imagen más evidente. ¿Lo hace así por discreción, por mantenerse en un segundo plano consecuente con el papel que le corresponde?
Sea como sea, me parece una buena elección para un 8 de Marzo. Reflejos de mujeres que no se autorretratan, muchas, la mayoría, porque no pintan nada y las que lo hacen porque creen equivocadamente que no es necesario reivindicarse.

Amor a primera vista

Con el arte me ocurre como con las personas. La primera impresión que percibo, intuitiva y sin datos más allá de los que mi percepción sensorial dé como buenos, acabo arrinconándola a medida que voy conociendo la obra o al individuo. En esta segunda etapa de conocimiento todo se justifica por la trayectoria, por el contexto histórico o social, las presiones externas e internas, las circunstancias que arrastran a una evolución determinada; vamos, que too er mundo e güeno. De manera que una obra de calidad suficientemente contrastada por los criterios comunes en arte, acaba gustándome indefectiblemente.
Pero, héteme aquí que hay una tercera etapa en la que, profundizando más, llegas a la conclusión de que la primera impresión era la buena.
En el arte y en las relaciones personales hay que dejarse llevar por la intuición.  
Bueno pues Mark Rothko te gusta a primera vista o no te gusta nunca. Esta obra es del año en que yo nací, ahí lo dejo.